En Anfield, el local lo ganó 3-2 en una de las últimas jugadas del partido.
Julián Álvarez no fue convocado por una molestia muscular y sí jugaron Giuliano Simeone y Nicolás González, ambos titulares, además de Molina y Mac Allister.
Muchos escenarios se podían imaginar para el duelo entre Liverpool y Atlético de Madrid, uno de los más atractivos de la primera fecha de la fase regular de la UEFA Champions League. Pero ninguno contemplaba que el equipo español, caracterizado durante los años de Diego Simeone por su fortaleza defensiva, recibiera dos goles en los primeros seis minutos de juego. Lo que sí se podía intuir fue el partido de altísimo nivel que se vio en Anfield, finalmente con victoria 3-2 para el local.
Tuvieron fortuna los Reds, que se pusieron en ventaja gracias a un desvío involuntario de Andrew Robertson luego de un tiro libre de Mohamed Salah. Luego, apenas 123 segundos después, todo el mérito fue de Salah para el 2-0: encaró de la derecha hacia el centro, jugó la pared con Ryan Gravenberch y se llevó la pelota entre muchos rivales para gritar su gol 52 en la Copa de Europa (incluyendo fases previas) y romper la igualdad con Thierry Henry en el décimo puesto de la tabla de máximos anotadores.
Ni el más optimista de los hinchas presentes en Anfield imaginaba semejante arranque. Tampoco Simeone, que lucía incrédulo al borde del campo de juego. Y el propio Salah tuvo una nueva ocasión para dar el golpe definitivo.
Mientras en las tribunas coreaban el nombre de Diogo Jota en el minuto 20, el dorsal que utilizaba el portugués fallecido en un accidente de tránsito el pasado 3 de julio, Salah recibió nuevamente en la derecha, aunque esta vez con algo más de espacio, y buscó el segundo palo. Su disparo salió apenas desviado.
Salah está disputando su novena temporada en Liverpool. Foto: Reuters/Andrew BoyersSalah está disputando su novena temporada en Liverpool. Foto: Reuters/Andrew Boyers
Minutos más tarde, los jueces del VAR corrigieron la decisión del italiano Maurizio Mariani, árbitro principal del encuentro, quien había señalado penal por una mano inexistente de Clement Lenglet. Se mantenía en partido el Colchonero, que no pudo contar con Julián Álvarez debido a una molestia muscular. Sí fueron titulares Giuliano Simeone y Nicolás González e ingresó en el segundo tiempo Nahuel Molina. De todos modos, el hombre de noche inglesa no fue otro que Marcos Llorente, autor del descuento en una de las últimas jugadas de la primera parte.
Paradójicamente, lo mejor del Liverpool se vio en el complemento. Con Gravenberch y el húngaro Dominik Szoboszlai como figuras e incluso antes del ingreso de Alexis Mac Allister, buscó liquidarlo y tuvo ocasiones para lograrlo. La más clara, un tiro en el palo de Salah luego de una acción de contraataque.
Sin embargo, no pudo sentenciar la historia y el Aleti de Simeone, un equipo siempre preparado para luchar, tuvo esta vez la fortuna de su lado y una volea de Llorente que se desvió en Mac Allister igualó el encuentro a los 36 minutos de la etapa final.
De todos modos, nueve minutos más la adición es mucho tiempo en la Champions League, el torneo que suele entregar partidos vibrantes hasta el último instante. Y Virgil Van Dijk, un defensor de época, se elevó por encima de todos para conectar de cabeza un tiro de esquina de Szoboszlai y festejar el 3-2 definitivo. Fue el mejor regalo de cumpleaños para su DT, Arne Slot.
Simeone, por su parte, casi se va a las golpes con un fanático local que estaba ubicado en la primera bandeja detrás del banco de suplentes y le gritó el gol. Su equipo luchó, pero a fin de cuentas fue superado y perdió merecidamente.
Miércoles, 17 de septiembre de 2025
